martes, 6 de marzo de 2012

It doesn´t make any sense

Hoy me he enterado gracias a eso de tuiter que viene Bon Iver en verano a Bilbao a finales de julio. Me gusta su estilo. Elegante y refinado. No escuchaba el último disco desde verano y merece otra buena escuchada. He decidido ponerme con el ordenador a retomar mi blog al tiempo que con mis Senheisser que se me meten hasta los tímpanos (no encuentro la genialidad que son mis Koss PortaPro) escucho de nuevo el disco bautizado con el mismo nombre, Bon Iver. O lo que es lo mismo, buen invierno.

Ya terminó Perth, la primera del disco, y que te transporta a una playa en primavera, no en verano. Por su melodía deduces que no es un día soleado. Es más, diría que caen algunas gotas, un calabobos podríamos decir, pero la temperatura es agradable. Quizás un jersey con unos pantalones y descalzo, como mandan los cánones, que la playa está para sentir la arena bajo tus pies, metiéndose entre tus dedos y el agua subiendo y bajando por el efecto de la marea (que tantas veces te decía que era por la luna y tú no lo entendías) y mojándote los pies y los pantalones por no habértelos remangado a tiempo.

Supongo que me lleva a un paseo por la playa. Solo. O contigo. Pero me cuesta más esto último ya que no estás. Hace mucho ya de eso. Muchísimo. A veces creo olvidarte y otras estás muy presente, más de lo que quisiera. Sobretodo de noche, cuando bebo gin&tonics en copa de balón. Copa pija que lo llamábamos. Porque a veces teníamos sincio de una copa pija fumando un cigarro a medias porque yo nunca compraba ya que "si yo apenas fumo", te decía. Y luego te compraba un paquete de Chester light como enmienda. Yo lo fumaba malamente porque prefería Marlboro light, pero no recuerdo habértelo dicho porque me hacía parecer una nena. 

Y así entre recuerdos absurdos va pasando el disco (acaba de sonar Holocene) y mi paseo por la playa. Siempre llegando a tocar la roca porque es una manía que tengo desde muy niño cuando paseaba con mis padres por el Sardi. O por Loredo cuando era aún más pequeño con nuestros amigos, bueno vuestros amigos que luego sus hijos y nosotros nos hicimos también. Eso sí que lo recuerdo, mi primer "amor", dándonos besos debajo de la cama mientras cenabais después de la playa tomando copas y escuchando música hasta altas horas. Y volviendo al beso, a los muchos de ellos, recuerdo que pensaba que me habías pegado algo raro porque no habíamos usado protección en aquellos besos. Me iba corriendo a lavar con agua y jabón pero no tenía sentido porque a la semana siguiente volvía a hacerlo. 



Tantos momentos marcan tu vida, tantos olores, tantas sensaciones, tantas canciones,... Supongo que se trata de ir acumulando las buenas, borrando las malas y llenando tu cabeza de recuerdos. Aunque algunos prefieren tener el ansiado iPAd 3 que sale mañana, que está muy bien, que sí, pero creo que no podría compararse a esa copa juntos. A esa copa pija haciendo planes que nunca salieron, pero que en ese momento teníamos claro que haríamos. O a esa eterna cola de mil horas bajo un sol abrasador esperando a que saliera el mismísimo genio de la música con su ya mítico "un dos, tres,....¡¡¡catorce!!!". Esa piel de gallina cuando suena Where the Streets Have No Name que mil y una veces pongo en el coche mientras espero que no me pille ningún radar cabrón en mi clásico, que no viejo, bemeuve.

Con los pies llenos de arena, agua y salitre, decido subir hacia el coche. Me lavaré los pies antes en esa estúpida ducha tamaño Micro Machine y me iré. Quizás me apetecería tomarme una cerveza fría contigo en alguna duna viendo el atardecer, pero rápidamente desecho ese pensamiento porque sé que nunca llegará. Quizás sea mejor así. Lo he imaginado demasiado bonito, demasiado perfecto. 


And it doesn´t make any sense...